Almagro registra 52 enterramientos durante el estado de alarma

Almagro registra 52 enterramientos durante el estado de alarma

23 de los fallecidos perdieron la vida a causa del coronavirus COVID-19 y otros 9 han sido catalogados como posible caso de COVID-19. El 66% de los fallecidos tenía más de 80 años.

El Ayuntamiento de Almagro ha enterrado durante los 98 días del estado de alarma (15 de marzo a 20 de junio) decretado en todo el país, a 52 personas en el cementerio municipal.  La estadística elaborada por la entidad municipal refleja que 23 de ellos fallecieron oficialmente a causa del COVID-19. Otros 9 han sido catalogados de fallecimientos posiblemente a causa de este coronavirus, ya que no se realizaron las pruebas y tests pertinentes para confirmar de manera oficial si murieron por la COVID-19. Del total de fallecidos enterrados en Almagro, 18 vivían en la residencia de mayores de la localidad. Según fuentes consultadas, 11 murieron a causa del coronavirus y 7 con síntomas compatibles. También los datos relevan que cinco de los enterramientos realizados durante estos algo más de tres meses corresponden a personas que no vivián en Almagro.

Por edades, el 66% de los fallecidos tenía más de 80 años. Concretamente, de 80 a 85 años, se enterraron en Almagro 13 personas; entre 86 y 90 años, un total de 9 y con más de 90 años, 12 almagreños. Por sexo, la mitad han sido hombres y la mitad mujeres.

Durante esta pandemia, el cementerio municipal ha registrado un máximo de 3 funerales al día coincidiendo con el primer mes del estado de alarma. A partir del 21 de abril, la cifra baja considerablemente. De los 52 fallecidos, 37 tuvieron lugar en este primer mes de confinamiento.

Hay que aclarar que la estadística se ha elaborado desde el primer fallecimiento al decretarse el estado de alarma hasta el 7 de junio. Durante ese periodo de 83 días, los enterramientos solicitados al Ayuntamiento de Almagro han sido 50. Los catorces días posteriores hasta ayer, 20 junio, último día de del estado de alarma, el Consistorio ha registrado dos entrenamientos más. En ambos casos, la causa de la muerte no estuvo relacionada con el COVID-19 por lo que los datos extraídos para conocer las personas que fallecieron a causa del coronavirus o con síntomas compatible no varía. Asimismo, la comparativa con los tres años anteriores (2017,2018 y 2019) se ha realizado sobre las mismas fechas, coincidiendo con el estado de alarma. En 2017, murieron 25 vecinos de Almagro, en 2018, se registraron 21 y en 2019, los fallecidos enterrados en Almagro fueron 23.

Gestión de la residencia Campo de Calatrava

Las residencias de mayores han sido uno de los focos principales de la pandemia de este coronavirus. El número de víctimas mortales que el coronavirus ha dejado en las aproximadamente 5.457 residencias de ancianos españolas -ya sean públicas, concertadas o privadas- con Covid-19 o síntomas similares se sitúan en 19.529 según los datos proporcionados por las comunidades autónomas. La mayoría de las defunciones se han producido en Madrid, Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Así, los fallecidos en residencias de ancianos equivaldrían a un 69 % del total notificado oficialmente por el Ministerio de Sanidad.

La residencia de mayores Campo de Calatrava de Almagro cuenta con 105 plazas que estaban ocupadas cuando comenzó la pandemia. A día de hoy, según la gerencia del centro sociosanitario, el 87% de los residentes ha pasado la enfermedad. Solo 7 mayores no han dado positivo en ninguna de las pruebas realizadas, test rápido y PCR. La residencia almagreña está libre de COVID-19.

Desde el inicio de la pandemia, los responsables de la residencia Campo de Calatrava, han trabajado para frenar el contagio. Las primeras actuaciones comenzaron a principios del mes de marzo. Concretamente, el 6 de marzo, el centro elaboró un plan de contingencia para la prevención y manejo de posibles residentes con sintomatología compatible con COVID-19. Ese mismo viernes, se limitaron las visitas de los familiares, uno solo por residente y una sola visita al día. Tan solo tres días después, la gerencia solicita el cierre de la residencia para las visitas que es denegado por la administración competente, pero se permite reducir el horario establecido. A partir de ese momento, las visitas quedan muy reducidas, una hora por la mañana y una hora por la tarde.  

 

Al mismo tiempo, los responsables del centro de mayores se movilizan para conseguir material y equipos de protección. Desde el 5 de marzo, los trabajadores usan mascarillas y se instala en diferentes puntos, geles hidroalcohólicos. También se adquiere las primeras 10.000 unidades de guantes. A diferencia de otras residencias y centros sanitarios, la residencia de Almagro no ha tenido escasez de material de protección. Los primeros días de pandemia, gracias a la donación de empresas de Bolaños y Almagro, los trabajadores han contado con batas y monos, además de guantes, mascarillas donadas no solo por empresas, también por muchas personas de manera anónima. El resto del material, el centro ha ido adquiriéndolo durante todo el estado de alarma.  Como ejemplo, a finales del mes de marzo, la residencia contaba con una máquina de ozono. Los tests, como en todo el país, llegaron más tarde, a pesar de que la primera compra se realizara a finales de marzo. Los 400 test adquiridos se quedaron retenidos en la aduana de Barcelona y nunca llegaron. Otra nueva compra llegó en mayo.

 

Primer caso, 18 de marzo

El primer caso confirmado de COVID-19 es el de una trabajadora el 18 de marzo. Al día siguiente, el centro remite a Sanidad los primeros posibles casos compatibles con el coronavirus de residentes. Dos días después, el 21 de marzo, Sanidad, en este caso, el hospital de Ciudad Real confirma el primer caso de positio de un residente remitido al centro hospitalario. A partir de esta fecha, todos los residentes son aislados en sus habitaciones para evitar contagios.

 

Otra medida que ponen en marcha antes de finalizar el mes de marzo es la contratación de más personal. Refuerzan la plantilla de enfermería, auxiliar, lavandería y limpieza para organizar la nueva distribución del trabajo. Durante la pandemia, de los 53 trabajadores, 31 han estado de baja. Como dato destacable, el gerente de la residencia, Jesús Lara indica que un día se dieron de baja seis trabajadores. La gerencia destaca la labor de su plantilla que ha doblado turnos y ha hecho todo lo posible para frenar el contagio, por un lado y atender a los residentes en todo momento.

 

En este sentido, la residencia de Almagro ha mantenido el contacto con los familiares de los residentes y los mayores con sus familiares. Establecieron unos horarios y cada familiar puedo hablar con su padre, abuelo, tío… por videoconferencia. En los casos de sospecha de coronavirus o de la necesidad o no de trasladar al hospital, la familia era informada y solicitaban su autorización. A partir de la fase 1, el centro organizó también las visitas con las medidas de distancia social exigidas. Los familiares podían ver a los residentes desde la puerta. Con la finalización del estado de alarma y la nueva normalidad, el centro tiene preparado todo un dispositivo de seguridad y protección. En unos días, instalará una cámara que detecta si el visitante tiene fiebre y si tiene puesta la mascarilla. En el caso de que cumpla con los requisitos, la puerta se abrirá automáticamente. Esta medida, se suma a las anteriores ya puestas en marcha durante toda la pandemia. 

 

En cifras, para garantizar la seguridad y protección de los mayores y sus trabajadores, la residencia ha comprado durante estos tres últimos meses, 128 litros de gel hidroalcohólico, 250 mascarillas FFP2 lavables, 99 unidades de guantes de nitrilo, 90 test rápidos 6 resucitadores con reservorio, 500 gorros y 500 calzas, etc. Jesús Lara ha agradecido también el trabajo de sus proveedores que “en ningún momento nos dejaron sin material”, al Ayuntamiento por su gestiones y colaboración como a Protección Civil de Almagro, Geacam y la UME que en varias ocasiones desinfectaron la residencia.

 

Por último, Lara en nombre todo el equipo directivo ha agradecido la labor del médico, Ángel Pérez que desde el inicio acudió a diario a ver la evolución de los residentes., gracias a su conocimiento, realizó ecografías con el ecógrafo del centro con las que pudo adelantar el tratamiento en los casos de neumonía bilateral.