Alejandro Enríquez y Matías Téjela tocan pelo
- Publicado el Viernes, 26 Agosto 2011 00:15
Los toros de Alcurrucén y Lozano Hermanos no hicieron honor a su presentación y regalaron un comportamiento distinto del esperado
Los astados no dieron el juego esperado en la tradicional corrida del día 25 en Almagro, y eso a pesar de su preciosa estampa cantada por todos los aficionados desde el mismo momento en que fueron desembarcados en los corrales de la plaza. Una corrida que pareció más de lo que fue, con toros que tuvieron mucha plaza pero que no sacaron ese fondo bueno necesario para que haya espectáculo. La efemérides de la tarde y de la feria la protagonizó Alejandro Enríquez, torero granadino que se doctoró en tauromaquia al cederle los trastos el linarense Curro Díaz, un hecho sin precedentes en Almagro. El toricantano, tras la ceremonia de la alternativa, se las vio con un toro al que no le sobraron las fuerzas y que terminó cada muletazo con la cara por las nubes sin que su matador pudiera limar ese defecto.
Se puso por ambos pitones pero la faena no llegó a coger vuelo. Mató de pinchazo y algo más de media tendida, hubo petición más sonora que visual pero insuficiente para que tocara pelo. Dio una vuelta al ruedo. En su segundo oponente, y tras aguantar casi tres horas en el callejón esperando su turno, realizó un trasteo mucho más interesante por ir de menos a más, y por desengañar a un animal que pegó tantos tornillazos como muletazos se tragó. Mató de una estocada muy baja pero la presidenta concedió una oreja cariñosa.
Curro Díaz pasó sin pena ni gloria por la ciudad de los encajes, pegando dos auténticos sainetes con el descabello como epílogo a sus faenas. Con su primero, un toro cornialto que acusó la querencia ya de salida (como varios de sus hermanos), pasó un trago hasta verlo meter la cara en los capotes de los banderilleros protagonizando un espectáculo lamentable al dirigirse al palco reclamando un defecto en la vista de su oponente, a todas luces inexistente. En banderillas, desastrosa la cuadrilla con un manojo de pasadas en falso. Y ya con la franela anduvo desconfiado con un astado que pedía firmeza, pero al que arrancó muletazos con gusto, especialmente en los cambios de mano. Mató de estocada muy baja y una docena de descabellos. Con el quinto, un toro al que se le pegó mucho en el caballo incluso con el tercio cambiado, lo cierto es que tuvo pocas opciones. Volvió a pasar de una mano a otra pero el animal embestía con todo y con nada. Otro bajonazo y un puñado de descabellos entre los pitos del público cerraron su tarde.
Matías Tejela, que había entrado por la vía de la sustitución al caerse del cartel César Jiménez, se fue con una oreja en el esportón. Cierto es que su primer oponente fue muy probón, propiciando otro bochorno de manos de los rehileteros. Ya en la muleta había que dejar el trapo muy puesto, dejarla muy de verdad, y aunque hubo cositas en un par de tandas con la diestra, no pasó de eso. Mató con más de media muy tendida y saludó una ovación tras petición minoritaria. El sexto, un toro más bajo que sus hermanos y muy bien hecho, hacía albergar grandes expectativas por su guapura. Pero nuestro gozo en un pozo. Quitó por chicuelinas en el único quite de toda la tarde y el animal llegó sin recorrido a la muleta y muy parado, sin poder ligarle. Mató de estocada trasera y caída, y cortó una oreja.
Pero lo más torero de la tarde salió de los trastos de Daniel Luque, que demostró venir en buen momento y que vio sus toros con más facilidad que sus compañeros de cartel. Cierto es que su primero fue el que más se dejó sin llegar a ser bueno. Tuvo virtudes como la nobleza, el recorrido o la suavidad, pero faltó emoción en su embestida. Luque lo recibió con un manojo de verónicas muy mecidas, y en la muleta tocó la tecla adecuada, dejársela muy puesta para ligar. Hubo buenos pasajes con la derecha especialmente, aunque terminó de calentar al público con sus luquesinas, más templadas que otras veces. De haber acertado con la espada hubiera salido a hombros, pero dejó dos bajonazos, un pinchazo y una estocada quedando el premio en ovación. Su segundo toro protagonizó un espectacular tercio de varas derribando a ley al piquero metiendo los riñones. En banderillas volvió a cundir el pánico y llegó a la muleta sin clase, sin viaje y sin opciones de triunfo. Luque terminó por abreviar dejando una estocada muy trasera.
Ficha del festejo. Plaza de Toros de Almagro (unos 1500 espectadores). Se lidiaron siete toros de Alcurrucén y uno con el hierro de Lozano Hermanos, excelentemente presentados pero ayunos de casta y virtudes para el toreo. Ninguno humilló en los trastos.
- Curro Díaz: silencio y pitos.
- Matías Tejela: ovación tras petición y oreja.
- Daniel Luque: saludos desde el tercio y palmas.
- Alejandro Enríquez, que tomó la alternativa: vuelta tras petición y oreja.