La lluvia no pudo con el fervor de la Real Hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad y santo Entierro
- Publicado el Domingo, 24 Abril 2011 00:30
Más de cien hermanas ataviadas con la tradicional mantilla desfilaron en la última procesión del Sábado de Pasión
Minutos antes de las 21.00 horas, en la calle Jerónimo Ceballos, concretamente en la casa hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad y Santo Entierro, una amalgama de nazarenos, costaleros, mantillas, familiares, devotos y vecinos almagreños esperaban con emoción la salida de la majestuosa imagen de Ntra. Sra. de la Soledad, para poner en las calles de Almagro la viva imagen de la Madre de Cristo “desconsolada ante la muerte de su hijo, pero paciente y esperanzada en lo que el Domingo de Resurrección traerá con él”. Uno de los momentos más especiales de este transito penitenciario se vivió con la primera alzada de los cincuenta costaleros que transmitieron toda la emotividad del momento a la gran cantidad de personas que llenaban ya la calle, teniendo como sonido de fondo los acordes musicales de una Banda de Música de Almagro que ha estrenado indumentaria esta Semana Santa y que sigue demostrando su calidad y brillantez interpretativa.
Comenzaba así un recorrido solemne y sentido, donde los símbolos y las imágenes se fundían con el negro y el rojo como colores de esta hermandad fundada allá por 1573, dando buena muestra de una tradición rigurosa y que ha sabido mantenerse a lo largo del tiempo. El movimiento acompasado de los costaleros tuvo en la Plaza de Santo Domingo otro de sus momentos más bellos, aunque en ese instante la lluvia, como invitada inesperada, apareció en el cielo almagreño marcando el resto del recorrido procesional. Poco a poco una fina lluvia, continua y fría, comenzó a empapar las túnicas, mantillas y demás enseres y personas, dirigiéndose las miras a la Iglesia de Madre de Dios, lugar por el que debía pasar la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad y que, durante unos momentos, se barajó como posible lugar de protección de la imagen ante los inexorables contratiempos metereológicos.
En ese instante, el fervor, la motivación y la fe de los hermanos y hermanas de esta hermandad así como de los costaleros fraguó en una decisión clara, “había que seguir hasta la casa hermandad”, y de esta forma, a paso ligero, con los aplausos de fondo y con el paisaje de paraguas llenando las calles almagreñas, la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad fue llevada en volandas para protegerla, lo antes posible, de una lluvia empeñada en ser la protagonista una vez más, pero no lo consiguió, ya que la gran protagonista fue Ntra. Sra. de la Soledad, que llenó de esperanza a todos y cada uno de los que pudimos verla en las calles de Almagro, unas calles mojadas por un agua caída del cielo, “ese cielo que parecía llorar en este Sábado Santo la muerte de Cristo”.