Almagro acogió la ceremonia de toma de hábito de ocho nuevos caballeros
- 17 Oct
Las reliquias de San Raimundo de Fitero, figura principal de los primeros años de la Orden de Calatrava, se veneran en el convento de la Asunción de Calatrava, conocido como la iglesia de los Dominicos, en Almagro.
Por lo que no podía haber mejor escenario para el ceremonial de cruzamiento y toma de hábito de ocho caballeros que han ingresado hoy, viernes, en las órdenes de Calatrava y de Montesa bajo la atenta mirada de caballeros de las Órdenes de Calatrava, Santiago, Montesa y Alcántara. Con la entrada solemne de los caballeros a la iglesia en procesión, comenzó la misa presidida por el obispo prior de Ciudad Real y de las órdenes militares, Antonio Algora, y a la que asistió todo el equipo de Gobierno municipal del Ayuntamiento de Almagro; la senadora del Partido Popular, Carmen Fúnez; familiares, amigos de los caballeros así como numerosos vecinos y participantes en el I Congreso Internacional de la Orden de Calatrava que se clausuró un par de horas antes.
Algora se mostró satisfecho por el nombramiento de los nuevos caballeros que se incorporan a la fe cristiana para ser testigos de la fe, ejemplo y testimonio de la vida cristiana. Al finalizar la celebración eucarística, el secretario del Real Consejo de las Órdenes y marqués de Bassecourt, Miguel de Morenés, leyó en voz alta: “ Su Majestad El Rey se ha dignado conceder la Merced de Hábito y ordena armar caballero de la Orden de Calatrava a a los ilustrísimos señores: Miguel Lasso de la Vega, vizconde de Dos Fuentes, Ignacio Gasset, Luis Barón, Alfonso Barón y Pablo Gasset y de la Orden de Montesa a Ignacio Laffitte, luis Vicente Vargas-Zúñiga e Ignacio de Solís”.
En ese momento, el Maestro de Ceremonias Adjunto reunió a los padrinos para ir a recoger a los candidatos y traerlos ante el Maestro de Ceremonias que acompañó al Comendador Mayor de Calatrava, Juan Alfonso Martos y Azior de Aragón al altar donde tuvo lugar la toma de hábitos por parte de los neófitos. El también duque de Granada de Egea fue el encargado de preguntar a los ochos futuros caballeros si aceptaban las condiciones y requisitos exigidos para ser admitidos en las órdenes de Calatrava y de Montesa. Los ya ocho caballeros aceptaron y solicitaron su entrada en las órdenes.
Tras la solemne bendición de las espadas, comenzó el cruzamiento de los caballeros de Calatrava. Uno por uno, se arrodillaron ante el Comendador Mayor que les armó caballeros. El padrino recibió la espada envainada que entregó al neófito que, a su vez, se la presentó al Comendador Mayor para que la empuñara. Al mismo tiempo, dos caballeros le calzaron las espuelas al futuro caballero y el Comendador tomó la espada y tocó el hombro derecho y luego el izquierdo mientras pronunció: “Dios Todopoderoso os haga buen caballero”. Después de ser armados, los ocho ya caballeros se vistieron con los hábitos de ambas órdenes y recibieron el abrazo de paz de todos los caballeros que asistieron al acto ceremonial.