Esta Reserva Mundial de la Biosfera ocupa el corazón de Castilla-La Mancha y se articula en torno a dos espacios protegidos como son las Tablas de Daimiel y las Lagunas de Ruidera. Ambos parques poseen, además, los títulos de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Humedal de Importancia Internacional por el Convenio Ramsar.

Las Tablas de Daimiel están compuestas por zonas encharcadas, entre los cursos de los ríos Guadiana y Cigüela, que conforman el hábitat perfecto para multitud de aves acuáticas. Sobresalen algunas islas (Pan, Algeciras, Amos...) rodeadas de vegetación lacustre y acuática como carrizos, juncos o espadañas. Los únicos árboles presentes son los tarayes. Los somormujos, ánades, garzas y cernícalos, entre otras muchas especies, conviven en estos parajes con comadrejas, nutrias y numerosos anfibios.

Por su parte, las Lagunas de Ruidera se emplazan en el valle del alto Guadiana. Este conjunto de represas naturales, que se distribuye a lo largo de 25 kilómetros, posee una interesante comunidad vegetal y multitud de aves, entre las que destacan las anátidas. Estas formaciones acuáticas se comunican entre ellas a través de cascadas y filtraciones subterráneas creando un entorno de gran valor paisajístico. En sus cercanías aparecen encinas y sabinas albares, pero a medida que aumenta la humedad surgen olmos y álamos. Y rodeando las lagunas se encuentran carrizos, juncos, espadañas y masiegas. Las ánades, fochas y cercetas componen la principal comunidad ornitológica de la zona húmeda, mientras que el bosque mediterráneo es frecuentado por conejos, tórtolas, perdices y zorros. Los barbos son los peces más abundantes.