Está situada en el centro del casco antiguo y tiene planta rectangular, irregular, formada por dos flancos con soportales de columnas de orden toscano en piedra bajo dos galerías corridas, en origen abiertas al exterior y de carácter público, y actualmente cerradas por un acristalamiento de estilo centroeuropeo que la hace única en España.
Estas galerías servían de tribunas para actos públicos, festivos y religiosos, como las famosas corridas de toros que se realizaron hasta 1785, en que fueron prohibidas por el rey Carlos III. A ellas se accedía por dos escaleras situadas en la calle del Toril y en el Callejón del Villar, y por algunas pequeñas puertas de los soportales.