La iglesia de San Blas, la antigua ermita del Salvador, que en el siglo XVI Jacobo Függer decidió reedificar, con la intención de agradecer a la divinidad los beneficios recibidos.
La festividad de San Blas, el 3 de febrero, comienza con la tradicional misa por la mañana. Por la tarde, además de tener la posibilidad de comprar los tradicionales hornazos o las gargantillas del santo, puede disfrutar en la pequeña feria que se establece en los alrededores de la iglesia.