El palacio de Medrano es un edificio de tres plantas, distribuido en torno a un patio central y realizado en mampostería, que fue construido a finales del siglo XVI por Jerónimo de Ávila y Catalina de Sanabria; la fachada está rematada por dos torreones situados en las esquinas, como símbolo del poder de los Ávila. El edificio, que perteneció a la familia de los Medrano hasta finales del S. XIX, sufrió graves transformaciones en la década de 1860, al ser adaptado como casino municipal y oficina de telégrafos, desapareciendo los elementos arquitectónico-decorativos que lo definían, pertenecientes al estilo renacentista. En uno de los torreones aún se conservan unos artesonados de grandes vigas y zapatas de madera ricamente labradas con los escudos de los propietarios. Hoy alberga usos administrativos y de servicios públicos, y es además la sede del Ateneo de Almagro.