Orígenes.

Aunque desconocemos el pasado prehistórico de Almagro, es probable que existiera un asentamiento en la Edad del Bronce del que hay indicios en el entorno de las Casas Maestrales y en parajes exteriores al centro urbano. Es posible que en la época romana también fuera habitado, pues Galiano y Ortega creyó ver un acueducto en el actual Paseo de la Estación.

De tiempos visigodos no quedan vestigios salvo algunas columnillas, decoradas con rombos tallados a bisel desperdigadas por la población; y en cuanto a los musulmanes..., silencio.

Siglo XIII.

Almagro, oscurecida por la proximidad de Oreto y Calatrava la Vieja, entrará en la historia de la mano de la Orden de Calatrava, cuyos maestres la elegirían en el siglo XIII como lugar de residencia y centro gubernativo de sus posesiones.

La tradición quiere que el maestre D. Gonzalo Yáñez concediera Fuero a la Villa en 1213, confirmado por Fernando III en 1222. La realidad es que en 1273 Alfonso X convocó Cortes en Almagro y en 1285 se efectuó la escritura de Conveniencia entre el maestre Ruy Pérez Ponce y los almagreños sobre los hornos, el zocodover y los portazgos.

Siglo XIV.

La villa está amurallada, tiene una parroquia, San Bartolomé el Real, edificios públicos como las carnicerías, el alholí o pósito, la cárcel, casas del Concejo, un castillo absorbido por las Casas Maestrales.

El avance de la reconquista hizo que se reunieran aquí las tropas camino de la frontera y Pedro I mandará apresar al maestre Juan Núñez de Prado, en 1355, en las Casas Maestrales. Esta villa en alza, gozará de dos ferias concedidas en 1374 por Enrique II a petición del maestre D. Pedro Núñez de Godoy y verá reunirse los Capítulos Generales de la Orden tanto en la capilla de San Benito de los Palacios Maestrales, como en la iglesia de Santa María de los Llanos, ambas desaparecidas.

Siglo XV.

La incorporación del maestrazgo a la Corona en 1487 no variará la situación, apenas un cambio de inquilino; ahora, las Casas Maestrales serán habitadas por el Gobernador.

En 1493 Cisneros dirige la fundación del monasterio de franciscanos de Santa María de los Llanos, que se anexionará la iglesia del mismo nombre, desaparecido en la actualidad.

Los problemas financieros del emperador Carlos hicieron a los banqueros alemanes Fugger (o Fúcares) beneficiarios de las rentas de las minas de Almadén y los vincularon a Almagro, llegando a nuestra ciudad sus administradores: los Wessel o los Xedler (castellanizados como Jédler).

Siglos XVI y XVII.

La villa crece y se embellece, sale de las murallas, creándose los arrabales de San Pedro, Santiago, San Ildefonso, San Juan, San Sebastián y San Lázaro. El clavero Fernando Fernández de Córdoba funda el monasterio y universidad de Nuestra Señora del Rosario. El comendador mayor D. Gutierre de Padilla funda el Hospital de la Misericordia y el Monasterio de la Asunción de Calatrava. Se construyen la iglesia parroquial de Madre de Dios, el convento de la Encarnación, las oficinas de los Fugger (o Fúcares) y multitud de casas particulares. Se reforman la iglesia de San Blas, la Plaza Mayor, el Ayuntamiento, etc.

La crisis de los últimos años del siglo XVI y comienzos del XVII no frena la fiebre constructora en Almagro, los franciscanos levantan el Convento de Santa Catalina, se instalan los agustinos, los jesuitas, los hermanos de San Juan de Dios y construyen su palacio los ascendientes del Conde de Valdeparaíso.

Leonardo de Oviedo, en 1628, solicita el permiso para la construcción del Corral de Comedias. 

Siglo XVIII.

Almagro durante el siglo XVIII, Almagro será capital de la provincia de La Mancha (1750-1761) gracias a los buenos oficios de Juan Francisco Ruiz de Gaona y Portocarrero, primer Conde de Valdeparaíso y Ministro de Hacienda del rey Fernando VI, que también promovió la construcción de un Cuartel de Caballería. Al perder la capitalidad, Almagro recibió el título de ciudad; una ciudad en buena posición económica, que contaba con una fábrica de blondas, y que fue afectada por el terremoto de Lisboa en 1755, destruyéndose la iglesia de San Bartolomé el Real y viéndose muy afectada la actual iglesia de San Agustín.

Siglo XIX.

Los calatravos, cansados de la aspereza del castillo de Calatrava la Nueva, la dejan y trasladan el Sacro Convento a Almagro; pero la comodidad duró poco: la invasión francesa, las guerras carlistas y la desamortización de la iglesia, la ciudad sin fuerzas, sin universidad, sin recursos.... A pesar de todo, los almagreños confían en el futuro de una ciudad moderna con plaza de toros (1845), telégrafo (1858), ferrocarril (1860), cuartel provincial de caballería (1863), casino y teatro (1864) y luz eléctrica (1897). El progreso también tiene servidumbres y en 1886 se derriban las murallas y las puertas de la ciudad.

Siglo XX.

En el año 1953 se descubre el Corral de Comedias; un año después, en 1954, se restaura y el 14 de mayo de 1955 fue declarado Monumento Nacional. También se restauran el Ayuntamiento y el conjunto de la Plaza Mayor. En 1972, Almagro es declarada Conjunto Histórico-Artístico. Se restauran y rehabilitan hermosos edificios: no solo iglesias o palacios, sino también modestas viviendas y ermitas. Nace el Museo Nacional del Teatro, que en el año 2004 se reubica en el rehabilitado edificio de los Antiguos Palacios Maestrales.

Almagro se ha convertido en el referente regional de la cultura y en particular el teatro, incluso a nivel nacional e internacional, de la mano de su Festival Internacional de Teatro Clásico.

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