Jaime Ostos: “Cagancho fue único, fue un auténtico genio y el primer torero artista de verdad”

 

De todos es conocido el dicho de “quedar peor que Cagancho en Almagro”, frase que quedaría para la historia desde aquel 25 de agosto de 1927, el día que Cagancho pegó un ‘petardo’ monumental en Almagro. Pero es que el “gitano de los ojos verdes” era así, capaz de lo mejor y de lo peor. Ostos lo recordó como un hombre “humilde, se trataba con todo el mundo y a cada uno le decía la frase idónea, las mujeres con Cagancho se volvían loco”, pero tiene claro que el plano artístico “fue único, un auténtico genio y el primer torero artista de verdad”.

Jaime Ostos, después de regalar todo tipo de elogios a Almagro y a su afición, y recordar su paso por el Coso de la Cuerda, comenzó hablando de los orígenes de Cagancho como matador y del impacto que causó en la afición su forma de torear. Contó numerosas anécdotas vividas junto a Joaquín a lo largo de sus años de amistad, especialmente las acontecidas en Méjico, donde Cagancho vivió gran parte de su vida y donde “fue un auténtico ídolo, los mejicanos lo hicieron suyo propio, allí los más grandes han sido Manolete y Cagancho”, aseguró el conferenciante. Dejó para el final la narración de lo acontecido el famoso día de Cagancho en Almagro, según lo que el propio torero le había contado años después. Narró cómo fue caldeándose el ambiente antes de la corrida con la duda de si Cagancho aparecería por Almagro, y el desastre de tarde que el trianero protagonizó con la corrida de D. Antonio Pérez de San Fernando. Dijo Ostos que Cagancho “era muy supersticioso y había tardes que decía que escuchaba una voz que le decía que no fuera a torear, y él sabía que la tarde de Almagro no saldrían las cosas bien”. Ya en su primer toro anduvo muy desdibujado, y recordó Ostos que Cagancho se lamentaba diciendo “yo quería irme de la plaza, pero a ver cómo me iba a ir, así que me tuve que aguantar hasta el sexto”. Pero si en el tercero estuvo mal, en el sexto el desastre fue histórico. “Como todos los genios, Cagancho tenía sus cosas y era capaz de lo mejor, pero también de lo peor”, recordaba con añoranza Jaime Ostos, destacando por encima de todo la calidad humana y torera de aquel torero trianero y gitano que moriría en Méjico víctima de un cáncer de pulmón el primer día del año 1984.

El acto organizado por la Peña Taurina “Curro Romero” de Almagro estuvo moderado por Alicia Ureña y su padre y presidente de la misma, Iluminado Ureña. Junto a ellos, Luis Maldonado, alcalde de Almagro, dio la bienvenida a Jaime Ostos y felicitó a la peña por “organizar actos así precisamente en momentos como este, cuando parece que la Fiesta está cuestionada, aunque en Almagro tenemos claro que forma parte de nuestra cultura y así debe seguir siendo”, y quiso felicitar igualmente a la familia Verano Golderos, homenajeada de la noche por su trayectoria generación tras generación como areneros de la Plaza de Toros de Almagro.

También hubo hueco para regalar un pequeño detalle a todos los niños almagreños participantes en el concurso de dibujo taurino infantil organizado por la Peña “Los Areneros” de Madrid a través de la colaboración prestada por la peña almagreña. Jazmín Bautista Masó, ganadora en la categoría de 10 años de edad, tuvo un premio especial, un dibujo del pintor César Palacios entregado por Jaime Ostos. Al finalizar el acto, el propio Jaime Ostos y su esposa, la doctora Mª Ángeles Grajal, recibieron sendos regalos como agradecimiento por su presencia en Almagro por parte de la Peña Taurina “Curro Romero”.