Absoluta normalidad en los primeros días de la implantación del copago farmacéutico

Los pacientes, informados por sus farmacéuticos, han aceptado la medida sanitaria. Los mayores son los que más dudan han tenido.

El 1 de julio entró en vigor el copago farmacéutico. España es el segundo país que más medicamentos consume entre 14 países desarrollados, según un reciente estudio encargado por el secretario de Salud británico. El gasto farmacéutico es elevado no por los precios sino por la cantidad de medicamentos consumida y además, el número de recetas por persona ha aumentado un 21% en los últimos seis años, mientras que el precio real se ha reducido un 10%, según publican varios medios de comunicación en sus páginas webs. Por estas razones, el Gobierno inició hace diez días el copago. En Almagro, la nueva medida se está aceptando sin incidencias y con absoluta normalidad.

 

Las dudas y los temores de los primeros días se han ido diluyendo. Los pacientes, informados por sus farmacéuticos, entienden cómo funciona el nuevo modelo de cobro por medicamento en función de la renta y situación de cada paciente. Hay seis categorías de cobro que van desde la gratuidad hasta el pago del 60 por ciento del medicamento. Los trabajadores activos pagan en función de su renta hasta un 50%. Los mayores son los que más dudan han tenido. Desde el 1 de julio, pagan el 10% del precio de la medicina, pero nunca pagarán más de 8 euros al mes en rentas inferiores a 18.000 euros y de 18 si sus rentas son superiores a esta cifra de 18.000 euros.

Los pensionistas de más de 100.000 euros pagarán un máximo de 60 euros mensuales. En nuestra comunidad que las recetas son todavía en papel, llevan unos códigos, desde el 001 al 006, en la parte superior derecha que identifica el porcentaje que la persona debe pagar del precio de ese fármaco. De esta manera, el paciente cada vez que acuda a la farmacia abona el porcentaje que le corresponda. Si excede el cupo previsto en función de su renta, Sanidad afirma que le será devuelto ese dinero con un plazo máximo de seis meses. En líneas generales los pacientes aceptan esta nueva medida, aunque desconfían o les cuesta creer que el dinero que pagan de más se les devolverá en unos meses.