El Teatro da Cornucópia estrena en España ‘Fingido y verdadero’ en el Festival de Almagro

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Luis Miguel Cintra versiona y dirige este clásico de Lope de Vega que estará viernes 13 y sábado 14 en el AUREA

Fingido y verdadero de Teatro da Cornucópia, compañía lisboeta con cuarenta años de historia y que ha puesto en escena más de cien obras, presenta su propia visión de la obra de Lope de Vega. Luis Miguel Cintra, cofundador de la compañía junto con Jorge Silva Melo en 1973, versiona y dirige esta propuesta que se estrena en España en el Festival de Almagro. La obra introduce también textos del Flos Sanctorum y la Historia Imperial y Cesarea de Pedro Mexia así como citas de San Agustín, Tertuliano, Louis Jouvet y Jean Genet.

 

Será en la Antigua Universidad Renacentista el viernes 13 y el sábado 14 de julio a las 22.45hs. Ambas funciones, de 180 minutos de duración con descanso y en versión original sobretitulada, serán accesibles para personas con discapacidad auditiva gracias a un convenio firmado por el Festival con el Centro Español de Subtitulado y Audiodescripción, CESyA, informa el Festival a través de nota de prensa.

Fingido y verdadero

Fingido y Verdadero no es una representación de la obra de Lope de Vega. Se trata de un juego teatral con alguna ironía sobre el tema de la verdad y la mentira y la naturaleza del trabajo teatral tradicionalmente entendido como construcción de mentiras e ilusiones. La Compañía Teatro da Cornucópia, de Lisboa, fundada hace 39 años, sigue siendo fiel a un teatro que nace de los textos y que se quiere afirmar, como García Lorca defendía, como un teatro poético, de metáforas escénicas y absolutamente libre de convenciones.

Para este espectáculo encontró en la comedia de Lope el punto de partida para su reflexión. La corta, la deconstruye, introduce en ella textos diferentes, la compara muchas veces con textos de sus fuentes literarias, el Flos Sanctorum y la Historia Imperial y Cesarea, la somete a los más arriesgados suplicios y prueba, al contrario, la capacidad única del autor para, con su extrema artificialidad y medios absolutamente teatrales, traer para el teatro la verdad de la vida. Después de textos como Los Gigantes de la Montaña de Pirandello y El Balcón de Jean Genet, Cornucópia cierra un ciclo de creaciones construyendo un espectáculo que comienza con una cita de San Agustín y transforma la obra famosa del poeta español, considerada como una arte poética de Lope, en una pequeña arte poética de la propia compañía. El puente que Lope establece entre el actor y el creyente lo desarrolla el espectáculo con un epílogo que cruza en San Ginés, la santidad del actor mártir de Jean Genet, con la del mártir actor de Lope que, en el siglo III, bajo el Emperador Diocleciano, cuando a sus órdenes representaba el papel de un Cristiano para escarnio de la fe Cristiana, se convirtió al cristianismo y por eso le cortaron la cabeza.

La función se abre como una conferencia ilustrada del director sobre la comedia y poco a poco el texto va arrastrando a los actores dentro de la acción y los personajes. Y termina con una apoteosis que presta homenaje al misteri d’Elx y recuerda el final de los Gigantes con la victoria de la alegría sobre la muerte. En época de crisis económica, el espectáculo se hace también con pocos medios y alguna referencia a la historia de la compañía, reutilizando trajes y elementos de decoración de otras creaciones suyas.