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Un retrato de Carlo Broschi, pieza del trimestre en el Museo Nacional del Teatro

  • Publicado el Miércoles, 08 Febrero 2012 00:15

Taller de Armaduras

Se trata de una reproducción en escayola del busto de ‘Farinelli’, cantante de ópera del siglo XVIII, conservado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Un retrato anónimo de la segunda mitad del siglo XVIII de Carlo Broschi, conocido popularmente como ‘Il Farinelli’, es la pieza elegida para este trimestre por el Museo Nacional del Teatro de Almagro. Se trata de una reproducción en escayola del busto de este afamado cantante de ópera que se conserva actualmente en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.

La ópera experimentó su esplendor entre 1720 y 1789. Nunca, ni antes ni después, fueron compuestas tantas óperas, ni fue el arte operístico objeto de tan fuertes discusiones de forma duradera. Fue la época dorada de cantantes como Caffarelli, Senesino, Ranuzzini o Bernachi. Pero entre todos ellos destacó la figura de Carlo Broschi, ‘Farinelli’, cuyo busto se exhibe en el Museo Nacional del Teatro hasta el mes de abril.

 

El cantante napolitano (1705-1782) estudió en el conservatorio de Nicola Porpora. Su voz era tan exquisita y bella que pronto suscitó la atención de una acomodada familia de melómanos, los Farina, que le brindaron protección y le dieron su nombre artístico. Debutó en su ciudad natal, Nápoles, en 1720 con ‘Angelica e Medoro’ de Porpora y su consagración se produjo tres años después al interpretar en Roma el papel principal de ‘Adelaida’. A partir de ese momento inició una brillante carrera musical que le llevó a los principales escenarios de Viena, Milán, Londres, Madrid y París.

En 1737 fue reclamado por la corte española como “terapeuta musical” para el rey Felipe V, que sufría depresiones e insomnio. Además, durante el reinado de Fernando VI, ‘Farinelli’ dirigió toda la vida musical de la corte, transformando los teatros de Aranjuez y el Buen Retiro, montando óperas y diseñando escenografías. En reconocimiento a su labora, el monarca le concedió en 1750 el hábito de la Orden de Calatrava. *Ver pieza del trimestre*