Los belenes tradición arraigada en Almagro

Las casas almagreñas reflejan la llegada de Dios hecho hombre

Almagro se transforma cuando llega navidad, adornos, árboles, belenes son muestras de ello en todas las casas. Precisamente los belenes son la muestra estrella de estas fechas tan entrañables. La costumbre de poner el portal de Belén, es una tradición en las familias de la localidad encajera, así pues esta costumbre que pasa de generación en generación y reúne a los miembros de la familia, para juntos cuidar minuciosamente cada detalle, desde el nacimiento, el castillo de Herodes, el río, la siembra hasta poblados vecinos a la supuesta ciudad de Belén, es una práctica común al llegar diciembre.

Un claro ejemplo de este hábito lo conforman la familia Del Río, que desde hace treinta años se reúne cada 8 de diciembre, día de la Inmaculada, para juntos desempolvar las figuras, extender la arena, hacer las rocas, y montar todo lo necesario para que durante 39 días el Belén sea el protagonista de la casa. Este período durante el que está expuesto el nacimiento, cumple el refrán popular de hasta San Antón Pascuas son. En el transcurrir de estos años de tradición, la familia ha ido creciendo y cada nuevo miembro en la medida que su edad se lo permite colabora en esta tarea navideña, para que así esta labor tan emotiva impregne a las nuevas generaciones y la costumbre no caiga al olvido.

Este Belén es muy especial por varios motivos, el primero de ellos es por congregar a la familia para desempeñar esta acción. Otro rasgo a destacar, es el gran numero de figura que alberga un total de 70, desde pastores, carpinteros, romanos, hasta inclusive rebaños de ovejas y como no puede ser de otro modo José, María y el recién nacido Jesús. Un aspecto muy importante, es que este Belén realiza un recorrido por los hechos bíblicos. Comenzando con la anunciación a María, visita a su prima Isabel, el sueño de José, empadronamiento en Belén, anunciación a los Pastores, el nacimiento y finalizando con la huída a Egipto. El próximo 16 de enero la familia se volverá a reunir y guardará las figuras y demás enseres para que el próximo diciembre, todo este en perfecto estado y continuar un año más con la bonita de tradición, donde por fin, lo prometido se hace visible, lo invisible se convierte en imagen, lo esperado adquiere y se transforma en un rostro. Lo anunciado por profetas y reverenciados por reyes, llora y gime en un prestado establo.

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