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La casa nº5 de la calle Ramón y Cajal (conocida en diferentes siglos con los nombres de Gómez Vallo o Coronado) y su propietario en el año 1751

  • Publicado el Miércoles, 14 Marzo 2018 10:28

Omic

Arcadio Calvo Gómez
Cronista oficial de Almagro

En Almagro, es bien notoria la profusión de heráldica que existe en portadas y patios de casonas, palacios, conventos e iglesias. He comentado en otras ocasiones que, cada escudo de armas, cada blasón esculpido en piedra o tallado en madera es un testimonio vivo de la rica historia de la ciudad, que mejor conoceremos cuando se sepa a quienes pertenecieron los muchos símbolos heráldicos que hay sin identificar dispersos por la vieja villa Calatrava. Por ellos, se pueden conocer los diferentes personajes o linajes que tuvieron en otros tiempos algún importante papel en la vida local, que con sus luces y sus sombras dejaron su impronta para entretejer hoy nuestra historia que al estar mejor documentada más valorarán las generaciones venideras.

La casa de la actual calle Ramón y Cajal nº 5 era propiedad en 1751 (1) del almagreño  Manuel de Vargas Castellanos, que la habitaba. Vargas, desde  el año 1707 era comisario  titular de la Inquisición de Toledo en Almagro.(2) En las hojas de sus hermosas  puertas puso delicadamente talladas en dos bonitas cartelas barrocas la cruz de Calatrava por pertenecer Almagro al territorio de esta Orden y el emblema del tribunal inquisitorial: la cruz, la espada y la palma, que nuestro paisano  usaba como distintivo por ser  miembro de esta institución.(3)

Para ingresar en el tribunal inquisitorial, había que  demostrar la  condición de cristiano viejo por los cuatro costados hasta la tercera generación. Normativa exigible para los aspirantes, que debían presentar  partidas de bautismo e información de testigos.  Manuel, fue bautizado en la parroquial de  San Bartolomé el Viejo el ocho de enero de 1671.   Fueron sus padres, Blas de Vargas y Arévalo (escribano de  gobernación) y doña Ana de Castellanos Gascón y Córdoba, su primera mujer. Llama la atención en la genealogía de nuestro paisano que  en su expediente de solicitud para el  cargo de comisario del Santo Oficio, de su ascendencia por línea de varón, solo se hace constar al padre (junto a la madre). Cosa nada común, porque siempre se ha exigido presentar en primer lugar, la línea agnaticia  de: padre, abuelo, y hasta bisabuelo paternos  e igualmente   la materna. En este caso (salvo que se extraviase la información pertinente), solo figuran  los maternos: Simón de Castellanos (escribano en Almagro) y María de Córdoba y Gascón, como primeros abuelos, los segundos fueron  Blas de Castellanos  y Ana Alcázar y terceros abuelos o tatarabuelos: Juan de Castellanos Tomás, natural de Fuenllana, “cerca de Villanueva de los Infantes” y Magdalena López de Huertas.

Antes de la “confusión de estados” (1836). En las pruebas genealógicas para aspirar a cargos  eclesiásticos o públicos, hábitos de órdenes militares (aquí era imprescindible la  de nobleza) etc. bastaba llegar a la tercera generación, rara vez se llegaba a los tatarabuelos. En este caso puede que se quisiera demostrar el parentesco lejano  del aspirante  con Santo Tomás de Villanueva,  por la línea del tatarabuelo Juan Castellanos Tomás.(4)

Manuel de Vargas Castellanos, estaba “graduado de maestro en Filosofía”, por la Universidad de Ntra. Sra. del Rosario de Almagro.(5) Presbítero en San Bartolomé el Viejo, poseyendo la administración  de seis  capellanías colativas con un importante haber de huertas, cereal y olivos y varios capitales de censo, que sumando a esto  su particular patrimonio  le permitiría vivir con suficiente holgura económica. (6) Ver apéndice.

Testó el día catorce de julio del año de 1743, ante Manuel de Siles. Ordenaba que su cuerpo fuera sepultado en la parroquial de San Bartolomé “en la sepultura que yo tengo arrimada al altar mayor, que era de mi abuelo Simón de Castellanos y si estuviera ocupada sea en otra que tengo mía propia debajo del púlpito y si también estuviera ocupada, en la que pareciera a mis albaceas”.(7)

El comisario murió siendo octogenario “en su casa propia de la calle Coronado” el día catorce de noviembre del año 1752, habiendo recibido los Santos Sacramentos,  siendo  enterrado el día siguiente en sepultura de “abolorios” (abuelos). A su entierro  asistieron: los dos cabildos eclesiásticos que celebraron misa de cuerpo presente, las tres comunidades de Santo Domingo, San Francisco y San Agustín “que fueron a sus casas a cantarle el responso”. También asistió la Universidad de Ntra. Sra. del Rosario, la esclavitud de la Orden Tercera de Santo Domingo, por haber sido hermano de ellas y miembro de dicha Universidad. Las hermandades  de Soledad,  Vera Cruz y Jesús Nazareno, del Carmen y San Miguel y la Escuela de Cristo. No cabe duda que  fue un entierro de “campanillas”. Dejó fundada una memoria de misas y por heredera a su hermana Rosa de Vargas. 8)

                                                                              APÉNDICE
Archivo Histórico de Ciudad Real. Catastro de Ensenada, Volumen, 691, número de orden 53, fols.386v-403r. Descripción de la casa de Manuel Vargas y relación de los fundadores de las capellanías que administraba.

“Una casa de morada en la población de esta villa y calle de Gómez Vallo (Coronado) linde con otra de D. Manuel Dávila Carrillo y otra de D. Tomas López del Hoyo, su frente diez y siete varas, fondo cuarenta, con patio y corral, habitación alta y baja con cámara, caballeriza y pajar y su alquiler se regula en doscientos veinte reales de vellón al año.” Poseía otra casa en la calle de Peralta. Consta la información que tenía a su cargo a su hermana de 55 años y una sobrina de 16, y su criada de 47.

Las capellanías colativas eran las siguientes: la fundada por María Ruiz de Huertas, la de Cristóbal y Diego López Gascón, otras de Isabel Treviño, Juan Francisco Ramírez y las de Francisco de los Herreros y Juan Ureña e Isabel Sánchez.

Fuentes documentales
(1) ARCHIVO HISTÓRICO DE CIUDAD REAL, Catastro de Ensenada, Volumen 692, nº de orden 332.
(2) ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL, Inquisición de Toledo, leg.290, Exp.7
(3) El cargo de comisario recaía en eclesiástico, era el principal responsable de la Inquisición en la población en que residía. Era el puente entre el tribunal y los familiares. Realizaba pesquisas e investigaciones, se relacionaba con las autoridades locales encargándose de hacer cumplir las condenas leves.
(4) A.H.N. Inquisición de Toledo, Exp.290-7. En el expediente inquisitorial de Manuel de Vargas, uno de los testigos afirmaba que el apellido Tomás, lo usaba esta familia por estar emparentados con Santo Tomas de Villanueva.
(5) ARCHIVO DIOCESANO DE CIUDAD REALA, Libro de Entierros de San Bartolomé de Almagro año 1752, f.90 v.p.1.
(6) A.H.C.R. Catastro de Ensenada, Volumen 691, nº de orden 53 fols.386 v.-402
(7)  A.H.C.R. Protocolos notariales, leg.2032 f.390 r.
(8) A.D.C.R. Libro de Entierros de S. Bartolomé de Almagro, año 1752, f.90 v.p.1