Almagro celebra los 25 años de la primera intervención integral en el patrimonio de la ciudad

25 años

El concejal de Cultura, Pedro Torres, hizo referencia en el acto celebrativo de la primera Escuela Taller de la “huella permanente” que ha dejado en ciudad de Almagro y que “se mantiene con muy buena salud”.

Hace 25 años, un grupo de jóvenes en desempleo guiados por monitores recién licenciados comenzaron sin saberlo un proyecto que dejaría una “huella indeleble” en Almagro, en palabras del concejal de Cultura, Pedro Torres. La primera escuela taller (1989-1991) recuperó elementos del conjunto histórico de la ciudad que perduran y que, de otra manera, se hubieran deteriorado o desaparecido con el paso del tiempo. Hoy, 25 años después, visitantes y vecinos pueden contemplar y disfrutar de esos trabajos que realizaron en portales mudéjares, en el convento de la Asunción (Padres Dominicos) o en la ermita de san Ildefonso y Nuestra Señora de la Paz.

Este es motivo más que suficiente para celebrar este aniversario,” debemos celebrarlo en beneficio de Almagro”, expresó el concejal de Cultura, Pedro Torres en referencia a la huella permanente que ha dejado en ciudad de Almagro, huella visible para la historia de la ciudad” y que, además, “se mantiene con muy buena salud”. En este sentido, felicitó, primero, a los alumnos y al equipo educativo que se dieron cita en la tarde de ayer, sábado, en la sala Jacobo Fugger, punto de partida de la celebración y del reencuentro. En segundo lugar, “felicitarnos, en nombre de los almagreños de ahora y los del futuro porque también disfrutarán de lo que hicisteis”, antes de resaltar que la intervención de la escuela taller ha influido en la trayectoria de la ciudad.

El proyecto formativo para el empleo, pionero a finales de los ochenta y década de los noventa, llegó a Almagro de la mano del alcalde Luis López Condés, siendo diputado regional. El edil almagreño pidió disculpas en su nombre por no poder asistir por los achaques de la edad y transmitió expresamente sus palabras “es uno de los mejores recuerdos como alcalde”. En nombre del alumnado habló Cristina Vicente: “Nos aportó conocimientos, enseñanza de un oficio, pero también nos enseñó a amar y valorar el patrimonio cultural, arquitectónico y artístico de Almagro”. Como prueba, muchos de los presentes, antes alumnos o monitores, siguen vinculados a grupos, asociaciones que aúnan esfuerzos por conservar, preservar y difundir el patrimonio de sus ciudades y sus pueblos. También hizo referencia a lo vivido, compartido y experimentado a nivel humano “nos ayudó a crecer como personas”. De esta experiencia vivida también habló Luis López Cacho, en nombre de monitores y de los primeros coordinadores de escuelas taller, “el proyecto de las escuelas taller nos cambió la vida a muchos de los que participamos”. El actual alcalde de La Solana hizo referencia al paro elevado de esa época como oportunidad de aprender un oficio para jóvenes que también se preparan para conseguir el título de graduado escolar, antes EGB. Oportunidad de trabajo para los monitores la mayoría recién titulados “que ansiamos demostrar al mundo y a nosotros mismos que éramos capaces de cometer este proyecto”, acaso-dijo también durante su intervención- “una osadía por poner en manos de jóvenes desempleados el patrimonio cultural y medio ambiental de la provincia”. Por esa razón, para Díaz Cacho el reto era enorme y la responsabilidad evaluable cada día. En este punto, habló de la complicidad política, concejales y alcaldes de esos años fueron “pioneros en arriesgar mucho más de las exigencias políticas”. También fue un proyecto, que, en palabras de Luis López Cacho, rompió moldes hacia igualdad, “mujeres realizando trabajos reservados hasta entonces para hombres”.

El acto celebrativo fue presentado por Araceli Monescillo, directora de la escuela taller en Almagro. Monescillo introdujo el origen y la filosofía de las escuelas talleres y contó las intervenciones realizadas en Almagro. Un video elaborado por los alumnos puso la imagen a los recuerdos señalados y a los trabajos realizados gracias las fotografías recopiladas y guardadas en el Archivo Municipal. Monescillo terminó su exposición animando a los alumnos de antes a seguir en la tarea que comenzaron hace un cuarto de siglo: “Hace 25 años más de 80 personas jóvenes mientras se formaban realizaron una gran aportación a su ciudad al mantener y restaurar parte de la memoria material colectiva proyectada en el patrimonio de Almagro, hoy 25 años después, creo que continuáis teniendo una tarea, os animo porque estáis preparados para enseñar a los actuales jóvenes a mantener ese patrimonio que no nos ha sido dado, enseñarles que este patrimonio ha sido fruto del esfuerzo de muchas generaciones entre las que ya nos encontramos nosotros. Patrimonio del que viven sus padres y del pueden vivir ellos”.

Sobre la Escuela Taller de Almagro

La Escuela Taller de Almagro fue la tercera de la provincia después de Herencia y Alcázar que se puso en marcha en la provincia de Ciudad Real. Se desarrolló de 1989 a 1991. Como el resto de escuelas talleres, la de Almagro se desarrolló, en fases de 6 meses. La primera fase eran alumnos y tenían una beca las demás fases era alumnos-trabajadores y tenían un contrato en formación. Aprendieron los oficios de carpintería, alfarería, albañilería, jardinería, etc. Trabajaron en la recuperación de elementos del conjunto histórico-artístico de la ciudad. Entre sus actuaciones, recuperaron una quincena de portales mudéjares de casas de particulares (calles Elvira, Chile, san Ildefonso, Ejido de san Lázaro…) y de conventos. Portadas muy diversas, sencillas y muy bellas, con ladrillos de arcilla, arcos de medio punto, definidos con alfiz. Hicieron aulas en el convento de la Asunción, de los Padres Dominicos, espacio que también se ajardinó junto a otras zonas de la ermita de san Juan. También realizaron las labores de limpieza y protección de las portadas, puertas del claustro y del patio de las higueras del convento. Como dato curioso, construyeron un horno como los del siglo XIX para elaborar elementos de construcción como baldosas, teja curva- árabe- y ladrillos. Intervinieron también en el monumento al maestro en cantería en la plazuela del colegio Miguel de Cervantes y en el Himno del Almagro, en piedra, en la escalera del Ayuntamiento.

Sus alumnos y monitores de Ciudad Real, Bolaños de Calatrava, Valenzuela de Calatrava… además de Almagro, también llevaron a cabo una intervención integral en la ermita de san Ildefonso. Gracias al trabajo realizado salió a la luz un tesoro oculto, la techumbre de madera. De la armadura de par y nudillo se tenía constancia, pero debido a las modas, quedó cubierta. Precisamente la visita guiada por parte de los elementos restaurados de la Escuela Taller almagreña finalizó en la tarde de ayer en la ermita conocida como la del Santo con degustación de dulces árabes y vino para el casi centenar de personas que han asistido a la celebración de la que fue la primera intervención en el conjunto histórico-artístico de la ciudad encajera.

Sobre las escuelas taller

En la década de los 80 del siglo XX fueron tiempos de grandes tasas de desempleo juvenil, desempleo sobre todo relacionado con jóvenes pocos formados que huían de los métodos tradicionales de la enseñanza reglada, no habían terminado la enseñanza obligatoria y no tenía conocimientos de oficios o profesiones concretas, aún había oficios manuales: ceramistas, alfareros, canteros, carpinteros, tallistas aunque paulatinamente desaparecían y también había un patrimonio cultural en peligro de extinción. Con todos ingredientes y de la mano de Peridis conocido arquitecto, dibujante y humorista se puso en marcha un programa que ofrecía formación profesional, personal, social, educativa mientras se restauraba patrimonio de la localidad, subvencionado por el Ministerio de Trabajo con la colaboración de los ayuntamientos y las comunidades autónomas.*Ver imágenes*