Un siglo de historia de la Compañía Romana de Almagro a través de sus comandantes

Un siglo de historia de la Compañía Romana de Almagro a través de sus comandantes

La iglesia de san Agustín, vinculada hacia años a los Armaos, acoge la exposición-homenaje de quienes han encabezado la Compañía en los últimos cien años. Han rescatado imágenes guardadas en cajas y casas de familiares y amigos.

La Compañía Romana de Almagro, conocida como los Armaos, es seña de identidad de la Semana Santa encajera. Familias enteras mantienen viva esta tradición de representar a los romanos en el prendimiento y muerte de Jesús que, cada año, se conmemora en la Semana conocida como la Semana de Pasión. Han transmitido de generación en generación, el espíritu de lo que significa ‘ponerse’ la armadura. Entre todos ellos, destaca su jefe principal, el comandante. No se entiende ni se podría entender Los Armaos de Almagro sin su esfuerzo, su entrega y los muchos sacrificios familiares y económicos que han llevado a cabo durante décadas.
Por todo ello, la Compañía Romana quería realizar un homenaje. Y qué mejor manera, que rescatar quienes eran a través de fotografías. No ha sido fácil poner cara a alguno de los comandantes más conocidos, de los que se ha hablado en numerosas ocasiones entre los Armaos pero, que poco se sabía de su aspecto físico. Así lo ha contado el coordinador de la exposición, Francisco Asensio, que ha rebuscado en los libros de actas sus nombres y mandatos y ha conseguido con la colaboración de la junta directiva y miembros de la Hermandad, reunir los 30 rostros que ya lo eran, pero ahora más, parte de la Compañía Romana de Almagro para siempre. 30 almagreños que han comandado a los Armaos en el último siglo.
Ellos han sido: Leandro Limón, Jesús Aparicio Gómez, Francisco Milla, Faustino Espinosa Palacios, Domingo Barba Pozo, Vicente Malagón, Sacramento Cruz, Pedro Valle Guijarro, Virgilio Salazar Carretero, Manuel Muñoz Asensio, José Roldan Sánchez-Pastor, Fernando Arroyo, Ángel de Castillo Prieto, José Muñoz Asensio, José María Torres Rodríguez, Francisco Carretero, Avelino Gascón Gómez, Jesús Roldán Muñoz, José María del Castillo, Antonio García Fernández, José Luis Pérez Bautista, Fermín Bermejo Justicia, Agustín Luján García, José Antonio Chaves Fernández, José de Toro Balbuena, José Mestanza, José Luján García, Gregorio Arenas García, Ángel Sánchez Malagón y el de este 2023, Eduardo Roldán Espinosa. Además, la exposición muestra también al único comandante honorífico, Bernardino Pertusa de la Rubia.
Solo de dos de ellos no se ha conseguido rescatar quienes eran por eso aparece solo sus nombres y el año en el que ejercieron de comandante. Virgilio Salazar Carretero y Francisco Carretero.
A través de las fotografías, se conoce una parte de la historia de la Compañía Romana y su evolución. Cada uno de ellos, lleva el traje de armao con las peculiaridades de la época en la que fueron elegidos comandantes.
Como muestra de la evolución de traje, la exposición cuenta con dos maniquíes ataviados con una armadura de posguerra, de chapa y alpaca, cedida por Eduardo Ureña y otra actual de Ángel Sánchez Malagón.
Las fotografías han sido impresas y montadas por el fotógrafo Juan Palomino.
La exposición fue inaugurada en la tarde de ayer, viernes, con la presencia del alcalde de Almagro, Daniel Reina quien agradeció la labor de la Compañía Romana de mantener viva la tradición de la Semana Santa. Al acto también asistieron algunos de los últimos comandantes que compartieron con los presentes, sus vivencias y sentimiento de orgullo de pertenecer a los Armaos, familiares de comandantes, junta directiva actual, juntas anteriores, amigos y muchos de los que ahora forman parte y seguirán formando parte de la Compañía Romana de Almagro durante todo su vida, porque, como dicen, un armao es armao durante toda su vida, no deja de serlo nunca.
La exposición estará hasta el 15 de abril en la iglesia de San Agustín. Precisamente, uno de los espacios vinculados a los Armaos. Se realizó durante años, la Caída, que consistía en levantar por parte de un grupo de Armaos al más pequeño de los presentes el Sábado Santo como anuncio de la resurrección de Jesús que estaba pronto por llegar.